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El Apocalipsis segun Mohamed

El libro de Apocalipsis es el último libro de la Biblia. El Contiene un misterio que sólo Jesús puede revelar. Este misterio fue revelado a un hombre el 13 de mayo de 1970. Se trata de la identidad de la Bestia del Apocalipsis, que no es otro que el Estado de Israel.

Todas las características de la Bestia del Apocalipsis, que es el Anticristo anunciado, se aplican perfectamente al Estado actual de Israel. Esto se demostró en el texto de este sitio “La Llave del Apocalipsis” al que nos referimos el lector antes de abordar este texto. Es recomendado de leer también antes el texto “El Anticristo en el Islam” y “Mirada de la Fe sobre el Corán”.

El libro “abierto”, la Bestia, el Fin de los Tiempos, la Hora del Juicio, la Trompeta, el Retorno de Jesús, los Apóstoles de los últimos Tiempos, la Restauración universal son temas estrechamente relacionados con el Apocalipsis. Las profecías bíblicas del Antiguo y Nuevo Testamento hablan de eso. Mohamed en el Corán también habla de estos temas. En este estudio hemos agrupado estos versículos en temas para mostrar la similitud de los dos textos del Apocalipsis y del Corán y mostrar la unidad de inspiración en estos textos que se refieren a nuestro tiempo.

El Libro del Apocalipsis

El Libro de los puros

Dios en el Corán llama nuestra atención de una manera muy sutil y gráfica sobre el libro del Apocalipsis. Él lo llama “Illiyoun”, el libro de “los altos”. Es en el fin de los tiempos que este libro será más importante porque Mohamed habla justo antes del “Día del Juicio”. El texto dice (Corán LXXXIII; Los Defraudadores, 10-36):

“Ese día, ¡ay de los desmentidores, que desmienten el día del Juicio!.. ¡No!.. La Escritura de los justos está, ciertamente, en Illiyyun.- Y ¿cómo sabrás qué es Illiyyun?- Es un libro codificado (sellado), los que son cercos de dios son testigos… Sí, los justos estarán en delicia, en sofás, observando… Se reconocerá en sus rostros el brillo de la delicia…”

Este libro codificado (sellado) es el libro del Apocalipsis, que se sellado por 7 sellos (Apocalipsis 5,1) y fue inaugurado por el ángel (El Enviado) del Capítulo 10. Como Mohamed dijo en el versículo precitado “Los que son cercos de Dios son testigos”.
Estos versículos del Corán son una invitación a consultar el libro del Apocalipsis y a “comer” su contenido para poder reconocer al enemigo de Dios y “profetizar e nueva contra muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes” (Apocalipsis 10,8-11), esta multitud enorme que apoye la Bestia hoy.

El Libro se sacará

Mohamed también especifica cuando este libro se convierte en importante (Corán XXXIX; Los Grupos, 68-70):

“Se tocará la trompeta y los que estén en los cielos y en la tierra caerán fulminados, excepto los que Dios quiera… La tierra brillará con la luz de su Señor. Se sacará el libro. Se hará venir a los Profetas y a los testigos. Se decidirá entre ellos según justicia y no serán tratados injustamente. Cada uno recibirá conforme a sus obras. Él sabe bien lo que hacen”.

Este “Libro que se sacará” al momento del Juicio es el Libro del Apocalipsis. El Apocalipsis dijo: “Fueron abiertos unos libros, y luego se abrió otro libro, que es el de la vida; y los muertos fueron juzgados según lo escrito en los libros, conforme a sus obras” (Apocalipsis 20,12). Este “otro libro” que fue “abierto” es el libro del Apocalipsis. El permite de abrir “libros” inspirados es decir de entenderlos en profundo según la intención de Dios.
El Libro del Apocalipsis es el Libro de la Vida, porque restaura la Vida a todos los que identifican la Bestia, el Enemigo de Dios y los que se comprometen en contra de ella, expresando entonces su amor por Dios y por la Justicia.

Mohamed expresa la misma cosa cuando él dijo (Corán LXXXI; el Obscurecimiento 1-14): “Cuando el sol sea obscurecido, cuando las estrellas pierdan su brillo, cuando las montañas sean puestas en marcha…cuando las paginas serán publicadas.. Cada alma sabe lo que debe presentar”. Sera el juico a través de las “paginas publicadas” o “abiertas“. Y estas páginas fueron abiertas por el Enviado apocalíptico quien explicó en profundidad a través de la llave apocalíptica toda la Revelación divina del Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento, el Corán y hasta al Apocalipsis.

Dios dijo también en el Corán (Corán XVIII; la caverna, 47-49):

“El día que pongamos en marcha las montañas, veas la tierra allanada, congreguemos a todos sin excepción… Se sacará el libro: Y oirás decir a los pecadores, temiendo por su contenido”.

Ellos estarán ansiosos porque el libro del Apocalipsis revelará su injusticia. Ellos habrán apoyado la bestia en vez de comprometerse con Jesús y Mohamed para lucharla.

El pergamino desenrollado

Mohamed anuncia un castigo “ineluctable”. El comienza la Sura el Monte a través de decir (Corán LII; El Monte, 1-18):

“¡Por el Monte! ¡Por un Libro, puesta por escrito en un pergamino desenrollado!… ¡Por el mar hinchado! ¡Sí, el castigo de tu Señor es ineluctable, nadie podrá rechazarlo! El Día que el cielo gire vertiginosamente y se pongan las montañas en marcha. Ese día ¡ay de los desmentidores… ¡Éste es el fuego que desmentíais!, el fuego de gehena… Quienes temieron a Dios, en cambio, estarán en jardines y delicia…”

Este “pergamino desenrollado” es decir abierto es el libro del Apocalipsis. Dios en el Apocalipsis se sienta en el trono y tiene en la mano derecha “un libro arrollado, escrito por el anverso y el reverso, sellado con siete sellos” (Apocalipsis 5,1). Solo Jesús puede abrir este libro, es decir, explicarlo (Apocalipsis 5,2-5). Le hace a través del Ángel (el mensajero) que desciende del cielo y tiene “en su mano un librito abierto” (Apocalipsis 10,2). Es el “pergamino desenrollado” de que habla Mohamed. La similitud de las palabras utilizadas es impresionante y muestra que Dios quiere animar al lector del Corán a consultar el Apocalipsis para realizar toda la Dimensión de su lucha contra la Bestia. El Libro del Apocalipsis anuncia el “Gran Día de la ira” de Dios y el castigo de la Bestia y de todos sus aliados (Apocalipsis 6,17). Esto es lo que Mohamed recalca a través de decir en el versículo precitado: “…Ese día ¡ay de los desmentidores…” (Corán LII; el Monte, 11). Esta es la mentira sionista.

La Sura “El Monte” comienza por las palabras: “¡Por el Monte! ¡Por un Libro, puesta por escrito en un pergamino desenrollado!…” Este “monte” es el monte Sion. Pero esto es el verdadero sionismo, que es espiritual, no político. La tierra prometida es espiritual, es interna. Es la montaña santa donde nuestro Padre vive según las palabras de Joel:

“El sol y la luna se oscurecen, las estrellas retraen su fulgor. Ruge Yahveh desde Sion (el Clamor del Àngel: Apocalipsis 10,3), desde Jerusalén (Celestial) da su voz: ¡el cielo y la tierra se estremecen! Más Yahveh será un refugio para su pueblo, una fortaleza para los hijos de Israel (los verdaderos), sabréis entonces que yo soy Yahveh vuestro Dios, que habito en Sion, mi monte santo. Santa será Jerusalén, y los extranjeros (los sionistas políticos) no pasarán más por ella.” (Joel 4,15-17).

El Apocalipsis habla de la reunión de Jesús y de sus compañeros sobre el monte Sion espiritual para cantar el Cantico nuevo:

“Seguí mirando, y había un Cordero (Jesús), que estaba en pie sobre el monte Sion, y con él 144.000 (12x12x1000= Los 12 tribus y los 12 apóstoles y mil es la cifra universal, cuyo todo el pueblo de Dios), que llevaban escrito en la frente el nombre del Cordero y el nombre de su Padre… Cantan un cántico nuevo… y en su boca no se encontró mentira (sionista): son inmaculados” (Apocalipsis 14,1-5).

El triunfo de Dios se opera en el Monte Sion espiritual para confundir a sus enemigos que querían desafiarlo a partir de Sion material. Por lo tanto Mohamed comienza la Sura con las palabras “¡Por el Monte!”, En otras palabras, por el lugar donde Dios reside y donde se cumplirá su triunfo.

La puerta abierta al Cielo

En el momento del Apocalipsis una puerta es abierta al Cielo. Mohamed también se refiere a esta puerta. Él dijo sobre los incrédulos que se burlan de los profetas:

Corán XV; Al Hijr 14,15: “Aun si les abriéramos una puerta del cielo y pudieran ascender a él, dirían: ‘Nuestra vista ha sido enturbiada nada más, o, más bien, somos gente a quienes se ha hechizado”.

En otras palabras, van a encontrar excusas para no subir.
El Apocalipsis también menciona esta puerta celestial. Juan escribe:

“Después tuve una visión. He aquí que una puerta estaba abierta en el cielo, y aquella voz que había oído antes, como voz de trompeta que hablara conmigo, me decía: ‘Sube acá, que te voy a enseñar lo que ha de suceder después” (Apocalipsis 4,1).

Esta es una invitación a “subir” en espíritu para ver los eventos que deben venir según la visión de Dios y no de acuerdo con una mentalidad humana. Esta “puerta abierta al cielo” es el apocalipsis explicado por el enviado apocalíptico.
Es la puerta de la Profecía.
Debemos elevarse para adquirir la visión del Espíritu Santo y dejar nuestras vistas estrechas y muy humanas. Nuestros ojos internos deben ser lavados. Necesitamos un “colirio” apocalíptico para “recobrar la vista” según el Espíritu de Dios (Apocalipsis 3,18). De lo contrario nos mantenemos “¡desgraciado, digno de compasión, pobre, ciego y desnudo!” (Apocalipsis 3,17) como el Vaticano hoy. Muchos encuentran excusas para no “subir”, como le dijo Mohammed.

Mohammed en Sura “La Noticia” establece igualmente una relación entre la Trompeta y el Cielo abierto:

Corán LXXVIII; La Noticia, 1-5 y 17-31: “¿Por qué cosa se preguntan unos a otros? Por la enorme Noticia, acerca de la cual discrepan. ¡No! ¡Ya verán…! ¡No y no! ¡Ya verán…!… El día del Juicio está ya señalado, Día en que se tocará la trompeta y acudiréis en masa. El cielo se abrirá, todo puertas; las montañas, puestas en marcha, serán espejismo. La gehena, al acecho, será refugio de los rebeldes… En cambio, a los temerosos de Dios se les deparará el éxito…”

Mohammed en estos versículos de la sura “la Noticia” anuncia el día del Juicio sobre el que la gente “discrepan”. Pero “¡Ya Verán!
No tardarán en conocer por el Libro del Apocalipsis “abierto”. Este mismo Libro abierto es la Trompeta anunciada. Este libro es un Mensaje fuerte y poderoso como una Trompeta. Anuncia la Hora del Juicio y el Triunfo de Dios sobre la Bestia y sus aliados. En ese momento, “el cielo se abrirá; todo puertas”, según las palabras de Mohammed. Todos los que aceptan este mensaje y que se comprometerán pueden subir por esta maravillosa puerta abierta al cielo (Apocalipsis 4,1) para entrar en la intimidad de Dios y gozar de su Presencia dulce y santa desde aquí abajo.

La Bestia y Gog y Magog

En el centro del Libro del Apocalipsis, hay una Bestia. Todo el misterio de este pequeño libro santo es claro cuando entendemos la identidad de la Bestia.

La Bestia

Mohammed también menciona la bestia en la Sura de las Hormigas. Él dijo:

Corán XXVII; las Hormigas, 82-88: “Cuando se pronuncie contra ellos la Sentencia, les sacaremos de la tierra una Bestia que proclamará ante ellos que los hombres no estaban convencidos de nuestros Signos. El Día que, de cada comunidad, congreguemos a una muchedumbre de los que desmentían nuestros Signos, serán divididos en grupos (en Palestina). Hasta que, cuando vengan, diga: ‘¿Habéis desmentido mis Signos sin haberlos abarcado en vuestra ciencia?… Se pronunciará contra ellos la Sentencia por haber obrado impíamente y no tendrán qué decir… El Día que se toque la trompeta, se aterrorizarán quienes estén en los cielos y en la tierra, salvo aquéllos que Dios quiera. Todos vendrán a Él humildes…”

Esta Sentencia que se pronuncie contra ellos es el Apocalipsis. Es el libro que desenmascara la Bestia.

Como el Corán dice bien en estos versículos, esta Bestia, el Anticristo, es caracterizada por la mentira. Juan dijo en su carta: “¿Quién es el mentiroso sino el que niega que Jesús es el Cristo? ¡Ese es el Anticristo!” (1 Juan 2,22). A través de esta gran Mentira, la Bestia trata a todos los signos de Dios de mentiras. Ella misma proclama la mentira porque dice: “… Los hombres no creían firmemente en nuestros Signos”. Así pues, tiene una interpretación completamente falsa de los Signos de Dios y engaña a los hombres. Una de estas mentiras que Mohammed condena es por ejemplo la reclamación de los Judíos de “ser los solos amigos de Dios”. (Corán LXII; el Viernes, 6-7). Otra mentira es el mito del imperio de Salomón (Corán II; la Vaca, 102): “Han seguido lo que los demonios contaban bajo el dominio de Salomón”. Pero este reino es la base del Sionismo. Es de restaurar el reinado de Salomón. Aquí está el engaño del Engañador y el Anticristo (2 Juan 7). Esta es la razón por la que la Trompeta del Apocalipsis que anuncia la caída de la Bestia y el Triunfo cerca de Dios va a sorprenderlos y confundirlos. El terror va a golpearlos.

“Por eso, en un solo día llegarán sus plagas: peste, llanto y hambre, y será consumida por el fuego. Porque poderoso es el Señor Dios que la ha condenado” (Apocalipsis 18,8).

Gog y Magog y el Bicorne (Zhou el Quarnain)

Como esto fue explicado en “El Anticristo en el Islam”, el bicorne es los Estados Unidos. El Corán dijo (Corán XVIII; La Caverna, 94; leer y meditar de 83 a 101):

“Dijeron: ‘¡Bicorne! Gog y Magog (Ya’jouj y Ma’jouj) corrompen en la tierra. ¿Podríamos retribuirte a cambio de que colocaras un dique entre nosotros y ellos?”

Para entender Gog y Magog hay que remontarnos al profeta Ezequiel en el Antiguo Testamento. Ezequiel profetizó que en los últimos tiempos, Gog ya Magog, los Reyes del Norte invadirían el pueblo de Dios en Palestina (Ezequiel 38,1 a 39,20). Los Israelíes consideran que este texto los preocupa como pueblo de Dios, y que Gog y Magog representan Irán y Siria que van a atacarlos. Pero el Apocalipsis viene a corregir esta falsa interpretación y revela quien son verdaderamente Gog y Magog. Gog y Magog, es Israel cuyos temas vienen de los cuatro rincones de la tierra para invadir Palestina (Apocalipsis 20,7-9). Y muchos de ellos vienen precisamente del Norte.

Para volver al texto antes citado, de hecho, algunos países árabes han dado su riqueza y su petróleo a los Estados Unidos para que los proteja de Israel. Esto es el dique de que habla Mohammed. Han pagado últimamente instalaciones anti-misiles ultra-modernas para protegerse de lo que Gog y Magog (Israel) van a lanzar pronto. Este dique incluso es concretizado materialmente. Pero esta protección es efímera e ilusoria. A pesar de todas las intrigas de algunos países árabes para contener a Israel a través de América, este dique va finalmente crujir. Este será el día en que la misericordia de Dios actuara (Corán XVIII; La Caverna, 98-101):

“¡Esta es una misericordia de mi Señor! Cuándo vendrá el cumplimiento de la promesa de mi Señor, raerá este dique. ¡La promesa de mi Señor es verdadera! Dejamos, ese día, los hombres se baten y se derriten unos sobre otros como ondas. Soplaremos en la trompeta, y luego nos los reuniremos todos juntos. En ese día, vamos a presentar la Gehena a los incrédulos cuyos ojos estaban velados en frente de mi recuerdo y que no podían oír”.

Este Recuerdo es el del Apocalipsis y las profecías de Mohammed sobre nuestro tiempo. Esta es la Trompeta que resonará cuando el dique se derrumbe, y los “hombres se derriten los unos sobre los otros como ondas”. Esta es la tercera Guerra Mundial que Gog y Magog se dispararán. Y “dique” caerá por un efecto de la Misericordia del Padre.

Las bestias salvajes

Mohamed menciona también que al fin de los tiempos, Bestias serán reunidos. Él dijo (Corán LXXXI; el Obscurecimiento, 1-14):

“Cuando el sol sea obscurecido, cuando las estrellas pierdan su brillo, cuando las montañas sean puestas en marcha… cuando las bestias salvajes sean agrupadas, cuando los mares sean hinchados… cuando las almas sean apareadas… cuando las hojas sean desplegadas, cuando el cielo sea desollado, cuando el fuego de la gehena sea avivado, cuando el Jardín sea acercado, cada cual sabrá lo que presenta”.

Estas bestias salvajes agrupadas son las dos Bestias del Apocalipsis. El Apocalipsis dijo que tres espíritus impuros (el Dragón es decir, el Diablo, la Bbestia y la segunda Bestia, también conocido como el falso profeta) “Y van donde los reyes de todo el mundo para convocarlos a la gran batalla del Gran Día del Dios Todopoderoso. Los convocaron en el lugar llamado en hebreo Harmaguedón”. (Apocalipsis 16,13-16). Este será el Gran Día de la ira de Dios que verá la derrota de las dos Bestias y el triunfo de los elegidos. Algunos experimentarán “el fuego de la gehena que sea avivado” y los otros “el jardín que sea acercado” como dijo Mohammed.
El hecho de que nuestro Padre ha inspirado a Mohammed de mencionar las “bestias salvajes agrupadas” en el fin de los tiempos claramente significa que Él invita a través de eso a los creyentes de todas las tendencias a consultar el Apocalipsis de Juan, ya que sin la luz de este libro, es imposible de entender tales símbolos.

El Seductor

Los versículos siguientes del Corán (Corán LVII; El Hierro, 12-14) hablan de la Parábola de las diez vírgenes (Mateo 25,1-13) en otra forma:

“El Día que veas la luz de los creyentes y de las creyentes correr ante ellos y a su derecha: ‘¡Buena nueva hoy para vosotros: Jardines por cuyos bajos fluyen arroyos, en los que estaréis por toda la eternidad! ¡Ése es el éxito grandioso!’ El Día que los hipócritas y las hipócritas digan a los que creyeron: ‘¡Esperad a que tomemos de vuestra luz!’ Se dirá: ‘¡Retroceded! ¡Buscad una luz!’ Entre ellos se levantará una muralla con una puerta. Dentro estará la Misericordia y fuera, enfrente, el Castigo. Les llamarán: ‘¿No estábamos con vosotros?’ Dirán: ‘¡Claro que sí! Pero os dejasteis seducir, os mantuvisteis a la expectativa, dudasteis. Vuestros anhelos os engañaron hasta que vino la orden de Dios. El Engañador os engañó acerca de Dios”.

Este seductor engañador es el Anticristo. Juan dice en su segunda carta (2,7): “Muchos seductores han salido al mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Ese es el Seductor y el Anticristo”. El Sionismo es la gran seducción y la gran prueba del fin de los tiempos. El Sionismo ha engañado a muchos Judíos, Cristianos y Musulmanes que “han demorado e intrigado”. Se dejan ser comprado por la Bestia y sus “deseos les han cegado”, como Mohammed señala.

Pero ahora la Trompeta de Liberación retumba para todos aquellos que resistirán a esta seducción. Serán “rodeados de luz… será una felicidad sin límite”, según las palabras del Corán.

La Hora, el Día del Juicio

De improviso

Repetidamente, Mohammed menciona la venida de la Hora que corresponde al Día del Juicio. Él nos da varias características de esta Hora.

Mohammed recalca el hecho de que los eventos del fin de los tiempos van tener lugar de improviso:

Corán VII; Al ‘Araf, 187: “Te preguntan por la Hora: « ¿Cuándo llegará?» Di: «Sólo mi Señor tiene conocimiento de ella. Nadie sino Él la manifestará a su tiempo. Abruma en los cielos y en la tierra. No vendrá a vosotros sino de repente». Te preguntan a ti como si estuvieras bien enterado. Di: «Sólo Dios tiene conocimiento de ella». Pero la mayoría de los hombres no saben”.

Es la mayoría que no duda. Una minoría se notificará como Pablo también recalca:

“Vosotros mismos sabéis perfectamente que el Día del Señor ha de venir como un ladrón en la noche. Cuando digan: «Paz y seguridad», entonces mismo, de repente, vendrá sobre ellos la ruina, como los dolores de parto a la que está encinta; y no escaparán. Pero vosotros, hermanos, no vivís en la oscuridad, para que ese Día os sorprenda como ladrón” (1 Tesalonicenses 5, 2-4).

En otras palabras, los que están en la Luz serán advertidos. Ellos serán advertidos por el Libro de Apocalipsis abierto que desenmascara la Bestia. También serán advertidos por las profecías de Mohammed sobre nuestro tiempo.

Mohammed dijo también (Corán XII; José, 107):

“¿Es que están, pues, a salvo de que les venga, cubriéndolos, el castigo de Dios, o de que les venga la Hora de repente, sin presentirla?”

Para algunos será una sorpresa, para el pequeño número de creyentes, nuestro Padre les advertirá. Mohammed le confirma diciendo:

Corán LXXVII, Los Enviados, 8-13: “Cuando las estrellas pierden su luz, cuando el cielo se hienda, cuando las montañas sean reducidas a polvo, cuando se fije a los Enviados su tiempo: ‘¿Qué día comparecerán?’ ‘¡El Día del Fallo!”.

Dios entonces advertirá sus Apóstoles de “La Hora”. Esto es lo que tiene lugar actualmente.

Una guerra mundial

Los textos siguientes contienen símbolos que muestran que el castigo de Dios será a través de una guerra nuclear.

Corán XLIV; el humo, 10-11: “¡Espera, pues, el día que el cielo traiga un humo visible, que cubra a los hombres! Será un castigo doloroso”.

Corán LXXIX; Los que arrancan, 1-11: “…El día que ocurra el temblor, sucedido por el siguiente, ese día, los corazones se estremecerán, se humillarán las miradas. Dicen: « ¿Es verdad que seremos restituidos a nuestra primera condición, luego de convertirnos en pútridos huesos?”…

Los terremotos también fueron profetizados por Jesús:

“Y habrá en diversos lugares hambre y terremotos. Todo esto será el comienzo de los dolores de alumbramiento” (Mateo 24, 7-8).

Y el Apocalipsis confirma:

“Cuando abrió el sexto sello, se produjo un violento terremoto; y el sol se puso negro como un paño de crin, y la luna toda como sangre, y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera suelta sus higos verdes al ser sacudida por un viento fuerte; y el cielo fue retirado como un libro que se enrolla, y todos los montes y las islas fueron removidos de sus asientos…” (Apocalipsis 6,12-14).

Este “violento terremoto” es la Tercera Guerra Mundial que va trastornar todo.

El profeta Joel había profetizado sobre esto (Joel 2,10-11):

“¡Ante él tiembla la tierra, se estremecen los cielos, el sol y la luna se oscurecen, y las estrellas retraen su fulgor! Ya da Yahveh la voz delante de su ejército (Mensaje apocalíptico), porque sus batallones son inmensos, porque es fuerte el ejecutor de su palabra, porque es grande el Día de Yahveh, y muy terrible: ¿quién lo soportará?”

Mohammed dijo sobre esto:

Corán LXXXII; La Hendidura, 1-19: “Cuando el cielo se hienda, cuando las estrellas se dispersen, cuando los mares sean desbordados, cuando las sepulturas sean vueltas al revés, sabrá cada cual lo que hizo y lo que dejó de hacer… Sí, los justos estarán en delicia, mientras que los pecadores estarán en fuego de gehena. En él arderán el día del Juicio y no se ausentarán de él… El Día que nadie pueda hacer nada en favor de nadie. Y será Dios Quien, ese Día, decida.”

Este texto de Mohammed se une a la descripción de Pedro del “Día del Juicio”. Pedro dijo:

“Y que los cielos y la tierra presentes, por esa misma Palabra, están reservados para el fuego y guardados hasta el día del Juicio y de la destrucción de los impíos…. El Día del Señor llegará como un ladrón; en aquel día, los cielos, con ruido ensordecedor, se desharán; los elementos, abrasados, se disolverán, y la tierra y cuanto ella encierra se consumirá… Puesto que todas estas cosas han de disolverse así, ¿cómo conviene que seáis en vuestra santa conducta y en la piedad, esperando y acelerando la venida del Día de Dios, en el que los cielos, en llamas, se disolverán, y los elementos, abrasados, se fundirán?…” (2 Pedro 3,7-13).

Este texto evoca claramente una Tercera Guerra Mundial que verá “la ruina de los hombres impíos”.

Corán LXXX, Frunció las cejas, 33-42: “Pero, cuando venga el Estruendo, el Día que el hombre huya de su hermano, de su madre y de su padre, de su compañera y de sus hijos varones, ese día, cada cual tendrá bastante consigo mismo. Ese Día, unos rostros estarán radiantes, risueños, alegres, mientras que otros, ese día, tendrán polvo encima, los cubrirá una negrura: ésos serán los infieles, los pecadores.”

El “Estruendo” que vendrá es el estruendo terrible de la guerra nuclear. Esto se reúne a los versículos de Pedro citados arriba: “Los cielos se desvanecerán con estruendo…”
Mohammed exprima el triunfo de los elegidos a través de decir: “Ese Día, unos rostros estarán radiantes, risueños, alegres”. Y Mateo precisa que al tiempo de la Cosecha, después del castigo de los impíos: “….los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre” (Mateo 13,43).

Aquí hay otros versículos que van en la misma dirección:

Corán LXXVII; Los Enviados, 29-34: “Porque arroja chispas grandes como palacios, chispas que semejan camellos leonados (el azufre)”.

Corán LXX, Las Gradas, 8-14: “El día que el cielo parezca metal fundido, y las montañas, copos de lana, y nadie pregunte por su amigo ferviente…”

Corán XXII; La Peregrinación, 1-2: “…El terremoto de la Hora será algo terrible. Cuando eso ocurra, toda nodriza olvidará a su lactante, toda embarazada abortará. Los hombres parecerán, sin estarlo, ebrios. El castigo de Dios será severo.”

Hadith (Noble Discusión) 1821, Capítulo 370: El Mensajero de Allah dijo: “Por quien que tiene mi alma en Su mano, este mundo no va a morir antes que el hombre pasa en frente de una tumba, y no se inclina sobre ella diciendo: ‘¡Ay! ¡Cómo me hubiera gustado ser el ocupante de esta tumba!’. No hará esto por devoción, pero esta la dificultad de las pruebas que le empujará a hacerlo”.

Y el Apocalipsis dijo en el mismo significado: “En aquellos días, buscarán los hombres la muerte y no la encontrarán; desearán morir y la muerte huirá de ellos” (Apocalipsis 9,6).

Corán LXXIV; El envuelto en un manto, 8-20: “Cuando suene la trompeta, ése será, entonces, un día difícil, para los infieles, no fácil, ¡Déjame solo con Mi criatura, a quien he dado una gran hacienda, e hijos varones que están presentes! Todo se lo he facilitado, pero aún anhela que le dé más. ¡No! Se ha mostrado hostil a Nuestros signos. Le haré subir por una cuesta. Ha reflexionado y tomado una decisión, pero ¡qué decisión! ¡Maldito sea! Sí, ¡qué decisión! ¡Maldito sea!”

El Apocalipsis llama a esta actitud “segunda Muerte”. Esta es la muerte final del alma que en todo estado de la conciencia ha elegido este fin. No hay retorno.
Mientras que para los fieles “la segunda muerte no tiene poder sobre éstos, sino que serán Sacerdotes de Dios y de Cristo y reinarán con él mil años”. (Apocalipsis 20,6).

Corán LXXV; la resurrección, 3-25: “Pero el hombre preferiría continuar viviendo como un libertino. Pregunta: ‘¿Cuándo será el día de la Resurrección?’ Cuando se ofusque la vista, se eclipse la luna, se reúnan el sol y la luna, ese Día, el hombre dirá: ‘Y ¿adónde escapar?’ ¡No! ¡No habrá escape! Ese día, el lugar de descanso estará junto a tu Señor. Ese Día, ya se le informará al hombre de lo que hizo… Ese día, unos rostros brillarán, mirando a su Señor”.

Estos “rostros brillantes” son los rostros de todos los que perseverarán hasta el fin en la batalla feroz contra la Bestia para el mayor triunfo de Jesús, María y Mohammed en un espíritu liberado, no fanático.

El Retorno de Jesús

El Retorno de Jesús al final de los Tiempos está profetizado en el Evangelio, en las Epístolas y el Apocalipsis. Aquí hay algunos versículos claves:

“Como en los días de Noé, así será la Venida del Hijo del hombre. Porque como en los días que precedieron al diluvio, comían, bebían, tomaban mujer o marido, hasta el día en que entró Noé en el arca, y no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio y los arrastró a todos, así será también la venida del Hijo del hombre” (Mateo 24,37-39).

Pablo escribió: “Y del mismo modo que está establecido que los hombres mueran una sola vez, y luego el juicio, así también Cristo, después de haberse ofrecido una sola vez para quitar los pecados de la multitud, se aparecerá por segunda vez sin relación ya con el pecado (fuera de la carne) a los que le esperan para su salvación” (Hebreos 9,27-28).

Pedro en los Hechos exhorta los judíos diciendo:

“Arrepentíos, pues, y convertíos, para que vuestros pecados sean borrados, a fin de que del Señor venga el tiempo de la consolación y envíe al Cristo que os había sido destinado, a Jesús, a quien debe retener el cielo hasta el tiempo de la restauración universal, de que Dios habló por boca de sus santos profetas” (Hechos 3,19-21).

El Apocalipsis se termina diciendo:

Dice el que da testimonio de todo esto: ‘Sí, vengo pronto.’ ¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús!” (Apocalipsis 22,20).

Jesús vuelve para destruir a la Bestia y restaurar todo.

Mohammed también testifica en suras diferentes del Corán el retorno de Jesús:

El Rey es en todas partes

Corán LXIX; La inevitable: 1-52: “La Inevitable. ¿Qué es la Inevitable? Y ¿cómo sabrás qué es la Inevitable?… Cuando se toque la trompeta una sola vez, y la tierra y las montañas sean alzadas y pulverizadas de un solo golpe, ese día sucederá el Acontecimiento. El cielo se henderá, pues ese día estará quebradizo. El rey será en todas partesy ese día ocho de ellos llevarán, encima, el Trono de tu Señor. Ese día se os expondrá: nada vuestro quedará oculto…”

Este “Rey que será en todas partes” es Dios nuestro Padre, que vivirá en la intimidad con todos los que resistirán fielmente la Bestia. Esta presencia de Dios con nosotros se hace a través del Retorno de Jesús en el Pan de Vida, el Cuerpo y la Sangre de Jesús tomado en la intimidad de las familias (ver el texto “Pan de Vida en la Biblia y el Corán”). Dios quiere vivir con nosotros en la intimidad de la vida cotidiana. Él dice en el Apocalipsis sobre la Jerusalén Celestial formada de los verdaderos discípulos de Jesús que resistirán hasta el final a la seducción de la Bestia:

“Esta es la morada de Dios con los hombres. Pondrá su morada entre ellos y ellos serán su pueblo y él Dios-con-ellos, será su Dios. Y enjugará toda lágrima de sus ojos, y no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos ni fatigas, porque el mundo viejo ha pasado” (Apocalipsis 21, 2-4).

Mohammed habla de “ocho” que llevan el Trono de Dios. Estos “ocho” evocan los “cuatro vivos” descritos por Ezequiel que con sus alas llevan la bóveda del Cielo y el Trono de Dios. Estos cuatro vivos son los cuatro evangelistas.
Ezequiel dijo:

“Había en el centro como una forma de cuatro seres cuyo aspecto era el siguiente: tenían forma humana. Tenían cada uno cuatro caras, y cuatro alas cada uno… Bajo sus alas había unas manos humanas (manos que escriben)… Sus alas estaban desplegadas hacia lo alto; cada uno tenía dos alas que se tocaban entre sí y otras dos que le cubrían el cuerpo; y cada uno marchaba de frente; donde el espíritu les hacía ir, allí iban, y no se volvían en su marcha… Sobre las cabezas del ser había una forma de bóveda resplandeciente como el cristal, extendida por encima de sus cabezas, y bajo la bóveda sus alas estaban rectas, una paralela a la otra; cada uno tenía dos que le cubrían el cuerpo… Por encima de la bóveda que estaba sobre sus cabezas, había algo como una piedra de zafiro en forma de trono, y sobre esta forma de trono, por encima, en lo más alto, una figura de apariencia humana…” (Ezequiel 1,1-28).

Los “ocho” que llevan el Trono de Dios, son entonces las ocho alas de los cuatro vivos que se interponen al Cielo. El trono de Dios es llevado por los cuatro evangelistas que nos trajeron la Palabra de Dios. Esta Palabra fue confirmada por Mohamed en el Corán.
Para entender las sutilezas de la visión de Mohammed, debemos referirse a la visión de Ezequiel. De hecho, es una visión que Mohammed tenía porque él dice en el final de la misma Sura LXIX en el versículo 43: “Es una revelación que procede del Señor del universo” A través de esta revelación, Mohammed certifica la importancia de los cuatro evangelistas en el Plan de saludo de nuestro Padre.

Los cuatro vivos aparecen también en el Apocalipsis. Ellos se inclinan ante el Cordero, cuando este ultimo toma el libro del Apocalipsis de la mano de Dios:

“Y se acercó y tomó el libro de la mano derecha del que está sentado en el trono. Cuando lo tomó, los cuatro Vivientes y los veinticuatro Ancianos (todo el pueblo de Dios) se postraron delante del Cordero. Tenía cada uno una cítara y copas de oro llenas de perfumes, que son las oraciones de los santos. Y cantan un cántico nuevo diciendo: Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos porque fuiste degollado y compraste para Dios con tu sangre hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación; y has hecho de ellos para nuestro Dios un Reino de Sacerdotes, y reinan sobre la tierra” (Apocalipsis 5,7-10).

A través de los cuatro Vivientes que se postran delante del Cordero, es simbólicamente el Evangelio que se inclina ante la Revelación del misterio del Apocalipsis. Dios va a hablar de nuevo revelando al Ángel del Apocalipsis el misterio de este pequeño Libro sagrado que desencadenará los acontecimientos del fin de los tiempos y cambiar el curso de la historia.

Y todos los Ángeles y los santos cantan las alabanzas de Dios y del Cordero, a cause de esta Revelación (Apocalipsis 5,11-14). De hecho, conducirá al triunfo de nuestro Padre en la tierra y entronizará el cómo Rey.

Es esta Revelación apocalíptica que ahora releva a los cuatro evangelios para llevar el Trono de Dios en nuestros corazones.

Jesús conoce la Hora

Sobre el conocimiento de la Hora, Mohammed dijo:

Corán XLIII; El lujo, 61: “Jesús es en verdad lo que conoce la Hora. ¡No dudéis, pues, de ella y seguidme! ¡Esto es una vía recta!”

Con estas palabras Mohammed orienta los seguidores del Corán al Apocalipsis, ya que está en el libro del Apocalipsis que Jesús revela los Signos de la Hora en el final de los tiempos. A través de seguir el Mensaje apocalíptico revelado por Jesús a su Ángel, el musulmán liberado sigue Muhammad, ya que Muhammad confirma y certifica:
“¡No dudéis, pues, de ella y seguidme!”
Mohammed se identifica a Jesús y demuestra una vez más a favor de la unidad de la inspiración divina. Él insiste incluso diciendo: “¡Esto es una vía recta!”

Pero seguir “la vía recta” es el fin último de todos los musulmanes (Corán I; Fatiha 6-7).

Al final de los tiempos, la “vía recta” consiste entonces para todos los creyentes a seguir a Jesús que conoce la Hora.

Por las tres pequeñas frases precitadas del versículo 61 de la Sura del lujo, Mohammed hizo una verdadera revolución que se unió a la revolución del Ángel del Apocalipsis. Ahora es de liberarse de todos los clichés y todas las etiquetas y de descubrir juntos toda la Palabra de Dios y su plan en el Apocalipsis y el Corán.

Jesús regresa a través de su Ángel apocalíptico para aclararnos sobre la Hora.

Jesús vuelve a Damasco con los dos testigos

En el Hadith (Noble Discusión) 1808, Capítulo 370 (Riyad Es-Salihine, los jardines de la virtud, por el Imam An- Nawawi, Traducción Messaoud Boudjenoun, Universal, 2007), Mohammed habla del Anticristo y después dijo sobre el retorno de Jesús:

“Mientras tanto, Allah enviará el Cristo, hijo de María que bajará cerca del minarete blanco en el Este de Damasco, colocando las palmas de sus manos sobre las alas de dos ángeles. Cuando bajará la cabeza, gotas de agua caerán, y cuando él la levantará, esta agua bajará como perlas. Cada creyente que sentirá su olor va a morir en el campo, y su olor también llevará hasta su mirada; perseguirá el Anticristo hasta que él le alcanza a la entrada de Lod (cerca de Tel Aviv) y matarlo. Entonces Jesús verá la gente que Dios ha preservado del Anticristo; limpiará sus rostros y les hablará de sus lugares en el Paraíso”.

El Cristo regrese a Damasco, porque a pesar de todas las dificultades causadas por la Bestia y las presiones diplomáticas terribles, Siria se ha mantenido fiel a la palabra profética: “No a Israel”. Esta “No a Israel” está inspirada por el Espíritu de Jesús. Esto es lo que Mohammed subraya diciendo que Jesús desciende a Damasco. La actitud de Siria glorifica a Dios y su Mesías.

Jesús pone las palmas de sus manos sobre las alas de dos ángeles. Estos dos ángeles son los dos testigos del capítulo 11 del Apocalipsis que se ponen a muerte por la Bestia. Es el testigo palestino y el testigo libanes. Estos dos testigos asesinados por la Bestia son apoyados por su Maestro: Jesús. El apocalipsis dijo:

“Pero cuando hayan terminado de dar testimonio, la Bestia que surja del Abismo les hará la guerra, los vencerá y los matará. Y sus cadáveres, en la plaza de la Gran Ciudad (Jerusalén), que simbólicamente se llama Sodoma o Egipto (porque Jerusalén se convierte en pagana hoy), allí donde también su Señor fue crucificado…” (Apocalipsis 11,7-8).

Los dos testigos comparten con Jesús, su Señor, la gloria del Martirio.

Las gotas de agua que caen de la cabeza de Jesús representan las gracias que fluyen como perlas sobre los dos testigos y sobre todos los que participan en esta batalla santa.

Es Jesús que perseguirá el Anticristo, le atrapará cerca de Lod (Tel Aviv) y le matará. Pablo dijo sobre el impío (el Anticristo):

“Entonces se manifestará el Impío, a quien el Señor destruirá con el soplo de su boca, y aniquilará con la Manifestación de su Venida” (2 Tesalonicenses 2,8)

El resplandor de su Venida se opera a través el Libro abierto del Apocalipsis, que significa el Enemigo y moviliza a la Batalla verdadera.

Al final “Jesús verá la gente que Dios ha preservado del Anticristo; limpiará sus rostros y les hablará de sus lugares en el Paraíso”.
Este será el período de la Consolación del nuevo pueblo de Dios que nacerá de las cenizas de la Bestia. Y Dios “enjugará toda lágrima de sus ojos, y no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos ni fatigas, porque el mundo viejo ha pasado” (Apocalipsis 21,4).

Estos tiempos nuevos ya están en la puerta.

El Ángel del apocalipsis o “el mayor testigo”

Preparación al Encuentro

Mohammed dijo sobre el Enviado:

Corán XL; que perdona, 14-20: “Invocad, pues, a Dios, rindiéndole culto sincero, a despecho de los infieles. De elevada dignidad y Señor del Trono, echa el Espíritu que procede de Su Orden sobre quien Él quiere de Sus siervos, para que prevenga contra el Día del Encuentro. Ese día surgirán…sin que nada de ellos pueda ocultarse a Dios. Ese Día, ¿de quién será el Dominio? ¡De Dios, el Uno, el Invicto! Ese día cada uno será retribuido según sus méritos. ¡Nada de injusticias ese día! Dios es rápido en ajustar cuentas…”

El hombre que en el final de los tiempos tiene como misión de “advertir a los hombres del Día del Encuentro” es el Ángel (o Enviado) del Apocalipsis. El Espíritu fue “lanzado” sobre él para esta misión. Fue enviado por Dios con el pequeño libro “abierto”, es decir el Apocalipsis para preparar los hombres al Regreso de Jesús, al “encuentro” de acuerdo a las palabras de Mohammed y al Día del Triunfo de Dios. En ese Día, según Mohammed, “El Reinado pertenecerá a Dios”.
El Apocalipsis expresa esta misma Verdad de manera similar. En el momento de la séptima trompeta, “En el cielo fuertes voces que decían: “Ha llegado el reinado sobre el mundo de nuestro Señor y de su Cristo; y reinará por los siglos de los siglos… “Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, “Aquel que es y que era” porque has asumido tu inmenso poder para establecer tu reinado” (Apocalipsis 11,15-17) (Ver también Luc 19,11-19). La Misión del Ángel apocalíptico es de entronizar nuestro Padre.

Mohammed confirma esto diciendo (Corán VI, Los Rebaños, 73): “Suyo será el dominio el día que se toque la trompeta”. Pero la trompeta, como ya se menciona, es el Libro del Apocalipsis abierto.

Designar el Anticristo

La misión del Enviado apocalíptica es de designar el Anticristo (Capítulo 370, Hadith 1815)
Mohammed dijo de él:

“Ellos le conducirán al Anticristo, y cuando el creyente le verá, él dirá: ‘¡Oh pueblo! Este es el Anticristo de quien nos ha hablado el Mensajero de Allah. El Anticristo ordenará que nos le lanzamos él cara contra el suelo y dirá: ‘Tomadle, y golpeadle’. Nosotros le batiremos en el abdomen y la espalda. Él le dirá: ‘?Así que tu no crees en mí?’ Él dirá: ‘¡Tú eres el Anticristo, el impostor!’ Luego ordenará de cortarlo en dos con una sierra, lo que se hará. El Anticristo luego caminará entre las dos mitades, y entonces él le dirá: ‘¡Levántate!’ Él va a levantarse, y el Anticristo va a decirle: ‘¿Tú crees (ahora) en mí? Él respondió: ‘estoy aún más convencido (de tu impostura)’. ‘Entonces (el creyente) añadirá: ‘¡Oh pueblo! ¡Él nunca lo hará de nuevo con otro que yo!’ El Anticristo le tendrá para matarle, pero Alá colocará una capa de cobre sobre su cuello, y él no podrá hacer nada para él. Él le agarrará por sus manos y sus pies, y le lanzará en lo que la gente supone ser un fuego, pero en verdad será propulsado en el paraíso’. ‘El Mensajero de Alá dijo: ‘Este hombre será el mayor testimonio del Señor del universo”.

Este texto describe la lucha terrible entre el Enviado Apocalíptico y Satanás. Esta lucha terrible profetizada por el profeta Mohammed ha tenido lugar recientemente. Somos testigos de que se trataba de un cuerpo a cuerpo con el diablo donde Satanás trató de poseerlo; él le maltrataba de innumerables maneras, le dio golpes invisibles, pero auténticas. Pero el enviado apocalíptico ha tendido cabeza a Satanás y salió victorioso en la batalla de las Batallas. Será “propulsado en el Paraíso”.
Otras características del Ángel del Apocalipsis se explican en el texto “Los signos del Regreso de Jesús”.

Los Apóstoles de los últimos Tiempos

Los versículos siguientes del Corán mencionan los “ángeles” que intervienen en el fin de los tiempos:

El Regreso de Jesús con sus Ángeles

Corán LXXXIX; El Alba, 21-29: “¡No!… Cuando la tierra sea reducida a polvo, y venga tu Señor con los Ángeles en filas, ese Día se traerá la Gehena, ese Día el hombre se dejará amonestar…. Ese Día nadie castigará como Él…”

Este texto evoca el regreso de Jesús con sus Ángeles al final de los tiempos. Mohammed dijo: “Cuando venga tu Señor”. Este Señor es el Señor Jesús. Él regresará para castigar definitivamente sus enemigos que harán directamente o indirectamente apoyado el plan sionista satánico.
Lucas evoca el castigo de los “ciudadanos” de Jesús que “le odiaban” y que le hacen decir “No le queremos como rey”. A su regreso “investido de la Realeza”, Jesús dirá sobre ellos: “Pero a aquellos enemigos míos, los que no quisieron que yo reinara sobre ellos, traedlos aquí y matadlos delante de mí” (Luc 19,11-27).

Mateo menciona sobre el Regreso de Jesús:

“Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, y las fuerzas de los cielos serán sacudidas. Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre; y entonces se golpearán el pecho todas las razas de la tierra y verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con gran poder y gloria. El enviará a sus ángeles con sonora trompeta, y reunirán de los cuatro vientos a sus elegidos, desde un extremo de los cielos hasta el otro” (Mateo 24,29-31).

Estos Ángeles son los apóstoles de los últimos Tiempos que son enviados por Jesús con la trompeta sonora del Apocalipsis revelada para reunir a los elegidos de todo el mundo.

Los elegidos son los que creen en este Mensaje apocalíptico.

Estos Ángeles vienen con Jesús “en filas”, según las palabras de Mohamed, es decir, están perfectamente sincronizados con Jesús. No siguen que lo que el Espíritu Santo los inspira. Ellos están bien “ordenados” para responder a cualquier impulso del Espíritu Santo. No hablan que sólo bajo la inspiración del Espíritu Santo. Mohammed dijo sobre esto:

Corán LXXVIII; La noticia, 38-40: “Día en que el Espíritu y los Ángeles estarán de pie, en fila, sin hablar, excepto aquél a quien el Compasivo se lo permita y diga algo oportuno. Ese será el Día de la Verdad. El que quiera, encontrará refugio junto a su Señor. Os hemos prevenido contra un castigo cercano, el día que el hombre medite en sus obras pasadas y diga el infiel: ‘¡Ojalá fuera yo tierra!”

Mohammed dijo también:

Corán XXV; El Criterio, 25-27: “El día que se desgarre el nubarrón del cielo y sean enviados abajo los ángeles, ese Día, el dominio, el verdadero, será del Compasivo, y será un Día difícil para los infieles, el Día que el impío se muerda las manos diciendo: “¡Ojalá hubiera seguido un mismo camino que el Enviado!”

“Se desgarre el nubarrón del cielo” para dar de nuevo Jesús que revuelve en las nubes (Mateo 24,30). Revuelve acompañado de sus ángeles que “descienden rápidamente” para aclarar a los creyentes sobre los acontecimientos apocalípticos y sobre el regreso de Jesús. La rapidez de que Mohammed habla evoca la rapidez del regreso de Jesús que volverá como el relámpago (Mateo 24,27) y el celo de los apóstoles de los últimos tiempos que serán rápidos a obedecer a los órdenes del Espíritu.
Los versículos siguientes del Corán nos aclaran sobre otras características de estos “Ángeles”:

Los hombres que surgirán en grupos

Corán XCIX; El Terremoto, 1-8: “Cuando sea sacudida la tierra por su terremoto, expulse la tierra su carga, y el hombre se pregunte: ‘¿Qué es lo que le pasa?’, ese día contará sus noticias, según lo que tu Señor le inspire. Ese Día los hombres surgirán en grupos, para que se les muestren sus obras…”

Estos hombres que surgirán en grupos son los Apóstoles de los últimos Tiempos que tienen como misión aclarar la tierra después de la caída de la Bestia. Son enviados “en grupo” para revelar las profecías apocalípticas y las del profeta Mohammed. Su misión es de renovar la tierra por la Palabra de Dios. Por eso, la tierra en ese momento “le dirá su propia historia según de que su Señor le ha revelado”. La única referencia será la Palabra de Dios.

Los que son enviados

Corán LXXVII; los enviados, 1-50: la Sura la muy bella “Los Enviados” es a leer completamente. Ella habla del final de los tiempos y del día del juicio: Ella comienza de esta manera:

“¡Por los enviados en ráfagas! ¡Por los que soplan violentamente! ¡Por los que diseminan en todos los sentidos! ¡Por los que distinguen claramente! ¡Por los que lanzan una Amonestación a modo de excusa (para los que aceptan) o de advertencia! (para los otros) ¡Ciertamente, aquello con que se os amenaza se cumplirá!”

Estos versículos se refieren a los Apóstoles de los últimos tiempos que son enviados para advertir a los hombres del Día del castigo próximo. Ellos se “diseminan en todos los sentidos” para “reunir los elegidos de los cuatro vientos, desde un extremo de los cielos hasta el otro” (Mateo 24,31).
Según la explicación del Corán Al Mizan “los que son enviados” son los Ángeles inspirados que vienen con el Conocimiento. Es el Conocimiento de todas las profecías bíblicas-coránicas acerca de nuestro tiempo gracias a la llave apocalíptica que fue revelada al Ángel del Apocalipsis.

La Sura de los Enviados sigue diciendo:

“Cuando se borrarán las estrellas, cuando el cielo se desgarra, cuando las montañas se rompen en pedazos pequeños y dispersos, cuando la Hora se notificará a los Apóstoles. ¿A Qué día serán diferidos? Al Día del Juicio. ¿Cómo podrías saber lo que será el día del juicio? ¡Desgracia, ese Día, a los que lloran a la mentira!” (Corán LXXVII; los enviados, 8-15)

“Aquellos que lloran a la mentira” son los que proclaman la mentira sionista. Estos son los falsos profetas anunciadas por Jesús (Mateo 24,23-25). Jesús había dicho a través de hablar del final de los Tiempos:

“Entonces, si alguno os dice: Mirad, el Cristo está aquí o allí, no lo creáis. Porque surgirán falsos Cristos (los lideres sionistas que so toman por el mesías) y falsos profetas, que harán grandes señales y prodigios (entre otros militares), capaces de engañar, si fuera posible, a los mismos elegidos”.

Sí, estábamos advertidos y advertimos otros para que el mayor número “tengáis fuerza y escapéis a todo lo que está para venir, y podáis estar en pie delante del Hijo del hombre” (Luc 21,36).

Los que arrancan a la muerte

Mohammed dijo también sobre estos enviados:

Corán LXXIX; los que arrancan, 1-11: “¡Por los que arrancan violentamente! ¡Por los que van rápidamente! ¡Por los que nadan libremente! ¡Por los que van a la cabeza! ¡Por los que llevan un asunto! El día que ocurra el temblor, sucedido por el siguiente, ese día, los corazones se estremecerán, se humillarán las miradas!”

“Los que arrancan violentamente”, que “van rápidamente” y “libremente” son los Apóstoles de los últimos tiempos que son enviados por Jesús para arrancar la maleza, la hierba mala ,en el momento de la cosecha, que es el tiempo de la Justicia Divina.
Arrancan los impíos para salvar los justos.

Jesús dijo sobre esto en el Evangelio: “…Y al tiempo de la siega, diré a los segadores: Recoged primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo recogedlo en mi granero” (Mateo 13,30). Y un poco más lejos, Jesús explica:

“El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de Su Reino todos los escándalos y a los obradores de iniquidad, y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre” (Mateo 13,41-43).

Los “escándalos y los obradores de iniquidad” son hoy los vaticanos y otros líderes religiosos con todos sus escándalos ocultos y todos los que apoyan directamente o indirectamente la Bestia y sus aliados.

El castigo de los impíos servirá a “arrancar a la muerte” los justos.

Los compañeros de Jesús

Hadith (Noble Discusión) 1808, Capítulo 370: Los Apóstoles de los últimos Tiempos son llamados por Mohammed en los Hadith los “compañeros de Jesús”. Tienen como misión denunciar la Bestia y orar para su caída. Mohammed dijo en el Hadith 1808:

“El Profeta de Dios, Jesús y sus compañeros van a invocar a Alá que enviará en contra de Gog y Magog gusanos que atacan a sus cuellos. Todos ellos caen muertos” (leer todo el Hadith).

Mohammed atesta la eficacia de sus oraciones en la lucha contra el Anticristo.

El Cielo nuevo y la Tierra nueva, la Restauración Universal

El Cielo nuevo y la Tierra nueva

El Evangelio y el Apocalipsis anuncian para la época después de la caída de la Bestia una Restauración universal y “un Cielo nuevo y una Tierra nueva”:

“Nuevos cielos y nueva tierra, en lo que habite la justicia” (II Pedro 3,13).

“Luego vi un cielo nuevo y una tierra nueva – porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar no existe ya… Entonces dijo el que está sentado en el trono: “Mira que hago un mundo nuevo”… (Apocalipsis 21,1-5)

Mohammed anuncia igualmente una renovación de la creación:

Corán XXVII; Las Hormigas, 64: “¿Quién, si no, inicia la creación y luego la repite? ¿Quién os sustenta de los bienes del cielo y de la tierra? ¿Hay un dios junto con Dios? Di: “¡Aportad vuestra prueba, si es verdad lo que decís!”

Corán XXX; Los Bizantinos, 27: “Es Él Quien inicia la creación y, luego, la repite. Es cosa fácil para Él. Representa el ideal supremo en los cielos y en la tierra. Es el Poderoso, el Sabio”.

Corán XXI; Los Profetas, 103-105: “No les entristecerá el gran terror y los ángeles saldrán a su encuentro: ‘¡Éste es vuestro Día, que se os había prometido! Día en que plegaremos el cielo como se pliega un pergamino de escritos’. Como creamos una vez primera, crearemos otra. ¡Es promesa que nos obliga y la cumpliremos! Hemos escrito en los Salmos, después de la Amonestación, que la tierra la heredarán Mis siervos justos. He aquí un comunicado para gente que rinde culto a Dios”.

Dios va “recomenzar la creación” es decir restaurarla. El Apocalipsis usa las mismas palabras sobre el mundo viejo que desaparecerá: “…Cuando abrió el sexto sello, se produjo un violento terremoto… y el cielo fue retirado como un libro que se enrolla, y todos los montes y las islas fueron removidos de sus asientos…” (Apocalipsis 6,12-14). Es el castigo que cae sobre la Bestia y sus aliados y que eliminará el mundo viejo.
Entonces nuestro Padre “que está sentado en el trono dijo: Mira que hago un mundo nuevo” (Apocalipsis 21,5).

Aquí hay otros versículos que hablan de la creación renovada y del Cielo Nuevo y de la Tierra Nueva:

Corán XIV; Abraham, 48: “No creas que Dios vaya a faltar a la promesa hecha a sus enviados – ¡Dios es poderoso, vengador!-, el Día que la tierra sea sustituida por otra tierra y los cielos por otros cielos”.

Corán XVII; El viaje nocturno, 99: “¿Es que no ven que Dios, Que ha creado los cielos y la tierra, es capaz de crear semejantes a ellos?”.

Corán LXXXV; Las constelaciones, 12-16: “…Él crea y re-crea. Él es el Indulgente, el Lleno de Amor…”

La Biblia y el Corán están perfectamente en acuerdo sobre esta Restauración o Renovación “de los cielos y de la tierra”. ¿En qué consisten?

La Restauración: liberarse

Para entrar en el Cielo nuevo y la Tierra nueva debemos liberarse del peso de las tradiciones humanas, las costumbres y el fanatismo:

Corán II; La Vaca, 170: “Y cuando se les dice: “¡Seguid lo que Dios ha revelado!”, dicen: “¡No!… Seguiremos las tradiciones de nuestros padres”.

Muchos aún prefieren seguir las costumbres y tradiciones humanas en lugar de referirse directamente a un Libro inspirado. Mohammed dijo:

Corán VII; Los lugares elevados, 2-3: “Ésta es una Escritura que se te ha revelado… ¡Seguid lo que vuestro Señor os ha revelado y no sigáis a otros amigos en lugar de seguirle a Él…!”

Mohammed por este versículo indica claramente que nuestro único Maestro debe ser las Escrituras Sagradas.

Y Jesús nos llama a la madurez del juicio diciendo:

“¿Por qué no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo?” (Luc 12,57)

Esto es especialmente válido en el final de los tiempos, porque Mohammed dijo:

“Temo para vosotros que no sea el Anticristo; si surge y estoy en medio de vosotros, le confundiría por el argumento decisivo ante de vosotros y sin tener necesidad de vuestra ayuda, pero si surge y no estoy con vosotros, cada uno de vosotros debe tratar de confundirlo. Y Alá me reemplazará ante todos los musulmanes “(Hadith 1808).

En otras palabras, en este momento, es la relación directa con nuestro Padre que será “la vía recta”. La jerarquía religiosa es parte del “mundo viejo” que desaparecerá.

El Apocalipsis dijo:

“Pero no vi Santuario alguno en ella; porque el Señor, el Dios Todopoderoso, y el Cordero, es su Santuario. La ciudad (la Jerusalén Celestial) no necesita ni de sol ni de luna (iglesia, mezquita, templo etc.) que la alumbren, porque la ilumina la gloria de Dios, y su lámpara es el Cordero” (Apocalipsis 21,22-23; ver también el texto “Culto y lugar de culto”).

La Restauración: La intimidad con Dios

Esto Cielo nuevo y esta Tierra nueva consisten en vivir en intimidad con Dios, nuestro Padre. Mohammed dijo:

Corán XXXIX; Los Grupos, 68-70: “Se tocará la trompeta… La tierra brillará con la luz de su Señor”.

En otras palabras, los creyentes brillarán con la Luz de Dios. Esta será la Luz del Amor. Esta será la Luz del Conocimiento de nuestro Padre a través de la comprensión de todos los Libros Inspirados.

Este es el contacto directo con Dios, de corazón a corazón, de espíritu a Espíritu.
Mohammed añade:

Corán LXXX, Frunció las cejas, 33-42: “Pero, cuando venga el Estruendo…. Ese Día, unos rostros estarán radiantes, risueños, alegres”.

La Restauración será el tiempo de la Consolación.
El Apocalipsis dijo: “….Y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos” (Apocalipsis 7,17).

Mohammed dijo también:

Corán LXXXIV; El Desgarrón, 1-6: “Cuando el cielo se desgarre… ¡Hombre! Te esfuerzas con denuedo en encontrar a tu Señor y Le encontrarás”.

Después de la caída de la Bestia, muchos se movieren a Dios. Restauración será el momento del Encuentro con Dios, nuestro Padre.

Este Encuentro se opera en el Pan de Vida.

El Apocalipsis dijo en el mismo Espíritu sobre los Ganadores:

“Verán su Rostro (el Rostro de Dios) y llevarán su nombre en la frente.” (Apocalipsis 22,4).

Ver el Rostro de Dios es vivir este Encuentro profetizado por Mohammed.
Y Juan continúa diciendo:

“Noche ya no habrá; no tienen necesidad de luz de lámpara ni de luz del sol (mas necesidad de templos, de iglesias o mezquitas) porque el Señor Dios los alumbrará y reinarán por los siglos de los siglos” (Apocalipsis 22,5).

En el tiempo de la Restauración, Dios iluminará el hombre directamente del interior.

La Restauración: Una sola comunidad

La Restauración se hará también a través de la unión entre todos los creyentes verdaderos. No Habrá más barreras, pero un sólo Padre con sus hijos como en el Cielo.

Mohammed dijo sobre esto:

Corán V, La Mesa Servida, 48: “Te hemos revelado la Escritura con la Verdad, en confirmación y como custodia de lo que ya había de la Escritura (la Biblia). Decide, pues, entre ellos según lo que Dios ha revelado y no sigas sus pasiones, que te apartan de la Verdad que has recibido. A cada uno os hemos dado una norma y una vía. Dios, si hubiera querido, habría hecho de vosotros una sola comunidad, pero quería probaros en lo que os dio. ¡Rivalizad en buenas obras! Todos volveréis a Dios. Ya os informará Él de aquello en que discrepabais”.

Es a través el Ángel del Apocalipsis que Dios nos ha iluminado sobre nuestras discrepancias. Estas discrepancias vienen de malas interpretaciones que se han acumulado durante siglos. En la intención divina y en exceder la letra para llegar al Espíritu, no hay discrepancias (ver “Mirada de fe sobre el Corán”).

El tiempo de la Restauración es también el tiempo de la madurez. Algunas discrepancias que eran de orden pedagógico son ahora sobrepasadas.

La lucha feroz contra la Bestia sopló el Espíritu Santo directamente y sin intervención humana en el corazón de los combatientes palestinos y libaneses, los dos testigos. La purificación (el bautismo) es operado por la sangre echada. Por su lucha valiente, han convertido el agua en sangre. El Apocalipsis dijo sobre de esto:

“Tienen (los dos testigos) también poder sobre las aguas para convertirlas en sangre” (Apocalipsis 11,6)…

“Ellos lo vencieron gracias a la sangre del Cordero y a la palabra de testimonio que dieron, porque despreciaron su vida ante la muerte.” (Apocalipsis 12,11).

“Esos son los que vienen de la gran tribulación; han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la sangre del Cordero. Por esto están delante del trono de Dios, dándole culto día y noche en su Santuario…” (Apocalipsis 7,14-15).

Su sufrimiento y su martirio en esta lucha contra el Anticristo les han colocado delante del “trono de Dios”. Les han dado acceso directo ante Dios. Esto es más que el agua del bautismo que es sólo el símbolo de una realidad espiritual.

Mohammed también dijo sobre la unión de los creyentes:

Corán XXI; las profetas, 89-93: “Y a Zacarías… Cuando invocó a su Señor: ‘¡Señor! ¡No me dejes solo! ¡Pero Tú eres el Mejor de los herederos!’. Y le escuchamos y le regalamos Juan e hicimos que su esposa fuera capaz de concebir. Rivalizaban en buenas obras, Nos invocaban con amor y con temor y se conducían humildemente ante Nosotros. Y a la que conservó su virginidad… Infundimos en ella de Nuestro Espíritu e hicimos de ella y de su hijo Signo para todo el mundo. Ésta es vuestra comunidad, es una sola comunidad. Y Yo soy vuestro Señor. ¡Servidme, pues! Se dividieron en sectas, pero volverán todos a Nosotros”.

En la perspectiva de Dios, hay entonces una sola y misma comunidad.

Mohammed enfatiza este punto diciendo:

Corán XXIII; Los Creyentes, 49-54: “Dimos a Moisés la Escritura. Quizás, así, fueran bien dirigidos. Hicimos del hijo de María y de su madre un Signo y les ofrecimos refugio en una colina tranquila y provista de agua viva. ¡Enviados! ¡Comed de las cosas buenas y obrad bien! ¡Yo sé bien lo que hacéis! Y ésta es vuestra Comunidad. Es una sola comunidad. Y Yo soy vuestro Señor. ¡Temedme, pues! Pero se dividieron en sectas, con Escrituras, contento cada grupo con lo suyo. Déjales por algún tiempo en su abismo”.

Estos son los hombres que están divididos. Dios, desde el principio, no ha querido que de una “sola comunidad”.

También Mohammed añadió:

Corán XII; La Consulta, 13-15: “Os ha prescrito en materia de religión lo que ya había ordenado a Noé, lo que Nosotros te hemos revelado y lo que ya habíamos ordenado a Abraham, a Moisés y a Jesús: ‘¡Que rindáis culto y que esto no os sirva de motivo de división!’… Dios elige para Sí a quien Él quiere y dirige a Él a quien se arrepiente. No se dividieron, por rebeldía mutua, sino después de haber recibido la Ciencia… Así, pues, llama. Sigue la vía recta, como se te ha ordenado, y no sigas sus pasiones. Y di: ‘Creo en toda Escritura que Dios ha revelado. Se me ha ordenado que haga justicia entre vosotros. ¡Dios es nuestro Señor y Señor vuestro! Nosotros responderemos de nuestros actos y vosotros de los vuestros. ¡Que no haya disputas entre nosotros y vosotros! Dios nos reunirá… ¡Es Él el fin de todo!”

Esta reunión y este retorno se operan hoy a través del texto “Mirada de Fe sobre el Corán”, que fue inspirado y pedido por nuestro Padre, y en particular por María, la Madre de Jesús.

Después de este texto inspirado, todos los que quieren seguir a argumentar son condenados por Mohammed mismo, cuando dijo:

“Quienes disputan a propósito de Dios después de que se le ha escuchado, esgrimen un argumento sin valor para su Señor. Incurren en ira y tendrán un castigo severo” (Corán XLII; la Consulta, 16).

Este texto condena a todos aquellos que, por fanatismo, quieren seguir a discutir y sembrar la división, después de recibir la luz a través el Ángel del Apocalipsis.
Es del que el Apocalipsis dijo:

“Después de esto vi bajar del cielo a otro Ángel, que tenía gran poder, y la tierra quedó iluminada con su resplandor…” (Apocalipsis 18,1).

Y también:

“Vi también a otro Ángel poderoso, que bajaba del cielo envuelto en una nube, con el arcoíris sobre su cabeza, su rostro como el sol y sus piernas como columnas de fuego” (Apocalipsis 10,1).

Su cara es como el sol, ya que nos trae la Luz de Dios.

Y Mohammed inspirado por nuestro Padre le llama “el mayor testigo ante el Señor del universo” (Hadith 1815).

Sigamos entonces su testimonio y reconozcamos que nosotros somos todos hijos de un mismo Padre. En ese momento, haremos Gloria a Dios por el cumplimiento de la profecía de Jesús:

“También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor” (Juan 10,16).

Finalmente los versículos siguientes del Corán notan que, en la perspectiva de Dios, sólo hay una fe que abarca el judaísmo, el cristianismo y el islam. Es la fe de los creyentes independientes de hoy, despojados de todo fanatismo y reunidos alrededor de Jesús, el Mesías de Dios, María, la Madre de Jesús y Mohammed:

  • Ver Corán IV; Las Mujeres, 125& 136 & 150-152
  • Corán VI; Los Rebaños, 161
  • Corán XVI; Las Abejas, 123

El gran día de la Reconciliación

Después de la caída de la Bestia nuestro Buen Padre proclamará el Gran Día de la Reconciliación.

Los Judíos de buena fe pedirán perdón por los sufrimientos causados a los palestinos y los libaneses y por haber adherido al Sionismo.
Los cristianos sinceros pedirán perdón por los sufrimientos pasados causados a los Judíos y por su apoyo al Sionismo.
Los musulmanes arrepentidos pedirán perdón por su fanatismo y su cierre vis-à-vis del Evangelio. Y los cristianos, así etc. etc.

Cada uno hará su mea culpa público y sincero, del corazón, antes de unirse a la gran familia de la Jerusalén Celestial descrita en el Apocalipsis. El Apocalipsis dijo sobre esto en relación con el Retorno de Jesús:

“Mirad, viene acompañado de nubes: todo ojo le verá, hasta los que le traspasaron, y por él harán duelo todas las razas de la tierra. Sí. Amén”. (Apocalipsis 1,7).

El gran profeta Zacarías ya había anunciado esta lamentación:

“Derramaré sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén un espíritu de gracia y de oración; y mirarán hacia mí. En cuanto a aquél a quien traspasaron, harán lamentación por él como lamentación por hijo único, y le llorarán amargamente como se llora amargamente a un primogénito. Aquel día será grande la lamentación en Jerusalén, como la lamentación de Hadad Rimmón en la llanura de Meguiddó. Y se lamentará el país, cada familia aparte…” (Zacarías 12, 10-12).

Algunos lamentarán con lágrimas de arrepentimiento para la salvación. Los Endurecidos lamentarán por su fracaso.

E Isaías profetiza:

“Consolad, consolad a mi pueblo – dice vuestro Dios. Hablad al corazón de Jerusalén y decidle bien alto que ya ha cumplido su milicia, ya ha satisfecho por su culpa, pues ha recibido de mano de Yahveh castigo doble por todos sus pecados (ver Apocalipsis 18,6-8). Una voz clama: “En el desierto (apocalíptico) abrid camino a Yahveh, trazad en la estepa una calzada recta a nuestro Dios. Que todo valle sea elevado, y todo monte y cerro rebajado (el orgullo humano); vuélvase lo escabroso llano, y las breñas (todas especies de deviación) planicie. Se revelará la gloria de Yahveh, y toda criatura a una la verá. Pues la boca de Yahveh ha hablado.” (Isaías 40, 1-5).

La Gloria de Yahveh se revelará por el Triunfo definitivo de su Mesías, Jesús de Nazaret, y por la caída definitiva de Israel, el Anticristo anunciado.
La Gloria de Yahveh será revelada por el Gran Día de la Reconciliación que será el preludio al Cielo Nuevo y la Tierra Nueva. “Mira que hago un mundo nuevo” (Apocalipsis 21,5).
Sera un día de resurrección colectiva:

“Y el mar (símbolo de las naciones) devolvió los muertos (espirituales) que guardaba, la Muerte y el Hades devolvieron los muerto (espirituales) que guardaban, y cada uno fue juzgado según sus obras” (Apocalipsis 20,13).

Mohammed también ha hablado de esta Resurrección:

Corán XX; T.H., 100-112: “Así te contamos historias de antaño y te hemos dado una Amonestación de Nosotros. Quien se desvíe de ella llevará una carga el día de la Resurrección, eternamente. ¡Qué carga más pesada tendrán el día de la Resurrección! El Día que se toque la trompeta… Ese Día no aprovechará más intercesión que la de aquél que cuente con la autorización del Compasivo, de aquél cuyas palabras Él acepte… Los rostros se humillarán ante el Viviente, el Subsistente….”

Esta Resurrección corresponde a la Resurrección primera (Apocalipsis 20,5), la del alma que revive al contacto vivificante de su Creador. Será en el momento “cuando se toque la trompeta”, es decir, al momento del Apocalipsis, la trompeta de Dios, será revelada.
Muchas almas resucitarían en ese momento, ya que podrán liberarse del Sionismo y del materialismo que los habían atrapado.

La Restauración: El Pan de Vida en familia

La última recompensa de los fieles será la intimidad con Dios a través la “Mesa servida que desciende del Cielo” (Corán V; La mesa servida, 114), el Pan y la Copa la Vida. Mohammed insiste mucho sobre la importancia de esta Copa de vida (ver “Pan de Vida en la Biblia y el Corán”) y dijo:

Corán LXXVI, el Hombre, 11-20: “Dios les preservará del mal de ese día y les llenará de esplendor y alegría. Les retribuirá, por haber tenido paciencia, con un Jardín y con vestiduras de seda. Reclinados allí en sofás, estarán resguardados allí del calor y del frío excesivo. Cerca de ellos, les cubrirán sus sombras; sus frutos podrán ser cogidos muy fácilmente. Se harán circular entre ellos vasijas de plata y copas de cristal, de un cristal de plata, de medidas determinadas. Allí se les servirá una copa que contendrá una mezcla de jengibre, tomada de una fuente de allí, que se llama Salsabil. Y circularán entre ellos criados jóvenes de eterna juventud (ángeles o santos). Viéndoles, se les creería perlas desparramadas. Cuando se mira allá, no se ve sino delicia y suntuosidad”.

La Restauración se hará a través del Pan y la Copa de Vida, el Cuerpo y la Sangre de Jesús, tomada en la intimidad de los hogares, de corazón a Corazón, en la simplicidad y el Amor.

Conclusión

Es hermoso y conmovedor de descubrir cómo Dios en su Sutileza Infinita ha inspirado a Mohammed aspectos del Apocalipsis a través del uso de las mismas palabras que Juan.

Por este hecho, despierta nuestra atención y nos anima a consultar el Libro del Apocalipsis que concierne específicamente nuestro tiempo. Es el tiempo del triunfo final de Dios sobre todos sus enemigos.
El Corán dice:

Corán LVIII; La Discusión, 21-22: “Dios dijo: ‘¡Venceré, en verdad! ¡Yo y Mis enviados!’ Dios es fuerte, poderoso”.

Somos en la Puerta del Triunfo de Dios y de la Restauración Universal anunciada. Cada uno y cada una están llamados a esta renovación a condición de que lleváramos el vestido de bodas (Mateo 22,11-13) a través de despojarse de todo fanatismo. Estamos invitados a la Gran Fiesta de Dios, a la Mesa de Fiesta de que habla Mohammed (Corán V; La Tabla, 114).

Estamos llamados a formar juntos esta gran Familia humana, de acuerdo con las palabras de Jesús: “En previsión de lo que debe suceder: el amor del hombre por el hombre su hermano, y para el sobrenatural”. (Mensaje a Pierre2, 1960).

Y como Mohammed predijo:

“Dios nos reunirá… ¡Es Él el fin…!” (Corán XLII; La Consulta, 15)

Él dijo también:

“¡Rivalizad en la obtención del perdón de vuestro Señor y de un Jardín tan vasto como el cielo y la tierra, preparado para los que creen en Dios y en Sus enviados! Ése es el favor de Dios, que da a quien Él quiere. Dios es el Dueño del favor inmenso.” (Corán LVII; El Hierro, 21).

Es con sobreabundancia que Dios derramará su gracia para regenerar los verdaderos creyentes al tiempo de la Restauración Universal. Será un nuevo Pentecostés.

Afortunadamente que nuestro Padre ha esperado el final de los tiempos para unir a las comunidades, por que como se ve la traición del Vaticano, era necesario que nuestros hermanos combatientes, hijo de Fátima, que combaten la Bestia, puedan evolucionar libremente y seguir el impulso del Espíritu que los anima. Estos son nuestros hermanos amados de quien somos orgullosos, que nos amamos y apoyamos por nuestras oraciones. Conducen el Combate de Liberación bajo la bandera de Santa Juana de Arco.

Como Jesús le había anunciado, debíamos esperar el momento de la cosecha (el fin de los tiempos) antes de tirar de las malas hierbas (los sujetos del Mal), de miedo que el trigo (los sujetos del Reino) no sea también desgarrado:
Jesús dijo a sus ángeles:

“…No, no sea que, al recoger la cizaña, arranquéis a la vez el trigo. Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega. Y al tiempo de la siega, diré a los segadores: Recoged primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo recogedlo en mi granero” (Mateo 13, 24-30 & 36-43).

Debíamos dejar evolucionar el mal sionista para desenmascarar a los impíos (ver 2 Tesalonicenses 2,9-12) y revelar el fondo del corazón de los verdaderos amigos de Dios. Tal es la Sabiduría de Dios.

La Bestia en el final habrá servido el Plan de Dios de unir a todas las comunidades espirituales de todo el mundo alrededor de Jesús, María y Mohammed para la mayor Gloria de nuestro Padre tierno.

Al final, los creyentes independientes de “toda nación, raza, pueblo y lengua” (Apocalipsis 7,9) se unen para proclamar de un solo corazón y de una sola voz con la base de todos los Libros Inspirados:

  • Jesús es el Mesías de Dios.
  • María es la Madre Inmaculada del Mesías y nuestra Madre.
  • Mohammed es el profeta bien-amado de Dios.
  • La Bestia, el Anticristo, Al Massih al Dajjal, es Israel. Dios manifestará su poder mediante la destrucción de la Bestia muy pronto.
  • Dios renovará la tierra.
  • Jesús regrese a restaurar todo.
  • Jesús nos reúne en torno de su Mesa Celestial y nos invita a formar esta comunidad única unida por el vínculo sagrado del Amor.

Y las profecías apocalípticas de Mohammed y de Juan se cumplirán:

“Ellos estarán rodeados de luz… será una felicidad sin límites” (Corán LVII; El Hierro, 12).

“Ese Día, el lugar de descanso estará junto a tu Señor… Ese Día, unos rostros brillarán, mirando a su Señor” (Corán LXXV; La Resurrección, 12-23).

“Suyo es el Dominio de los cielos y de la tierra. ¡Y todo será devuelto a Dios!” (Corán LVII; El Hierro, 5).

“Ha llegado el reinado sobre el mundo de nuestro Señor y de su Cristo… Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, ‘Aquel que es y que era’ porque has asumido tu inmenso poder para establecer tu reinado. Las naciones se habían encolerizado; pero ha llegado tu cólera y el tiempo de que los muertos sean juzgados, el tiempo de dar la recompensa a tus siervos los profetas, a los santos y a los que temen tu nombre, pequeños y grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra” (Apocalipsis 11,15-18).

BR (En honor de nuestra Virgen de Fátima, 13.05.2010 / revisado 01.06.2010)

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